Los defectos en la posición de la dentadura y sus huesos correspondientes pueden comenzar a manifestarse a temprana edad, generalmente cuando el niño va perdiendo los dientes de leche y son sustituidos poco a poco por los dientes definitivos. Este es el momento ideal para solicitar consejo del dentista. Durante el periodo que abarca la niñez y la adolescencia, de los 6 a los 14 años, es cuando la mayoría de pacientes reciben el tratamiento de ortodoncia, en función de la salida de los dientes y muelas permanentes y el crecimiento del maxilar y la mandíbula, cuyos manifiestos defectos requieren de una corrección inmediata. Sin embargo, hay defectos leves y pasajeros en los que el profesional experimentado no debe precipitarse, pues existe la posibilidad de una corrección espontánea. En definitiva, es necesario depositar la confianza en un profesional, quien en base a su experiencia clínica y criterio ético debe decidir la edad más adecuada para iniciar un tratamiento de ortodoncia en caso de que sea necesario.