A medida que los niños crecen y se desarrollan, pueden ser influenciados fácilmente por lo que ven y oyen, especialmente en la televisión. Aunque existe una gran variedad de programas que pueden ser educativos, muchos niños ven demasiada televisión. Los programas de televisión pueden exponer a los niños no sólo a conductas violentas que usted no quiere que imiten, o que pueden resultar intimidantes, sino también a malos hábitos alimenticios a través de anuncios comerciales de alimentos poco nutritivos y altos en calorías. Ver demasiada televisión también suele quitarles tiempo que de otra forma podrían emplear para leer, estudiar, realizar actividades de aprendizaje, jugar y, o hacer ejercicio. La televisión puede también mostrar el uso de alcohol y, o drogas, el hábito de fumar y los comportamientos sexuales antes de que el niño esté emocionalmente preparado para entenderlos y ser capaz de tomar buenas decisiones.